lunes, 15 de julio de 2013

El Espíritu Santo ¿Qué Hace?

    Muchas veces encontramos cristianos en las iglesias que no han logrado entender ¿cuál es la tarea y propósito de Dios para la vida con la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida.
     Son innumerables las acciones que realiza el Espíritu Santo en nuestras vidas para hacer efectiva nuestra transformación a la imagen de Cristo, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, a un varón perfecto. Es así que somos llamados a ser dirigidos por el Espíritu santo, entregar todas las áreas de nuestra vida a su control y supervisión, de tal manera que su intervensión profundice en nosotros y haga de nuestra vida una imagen perfecta de nuestro Señor Jesucristo en la tierra.

11 comentarios:

  1. Al momento de nuestra salvación no solo nos convertimos en miembros plenos del cuerpo de Cristo sino que el Espíritu Santo es depositado en cada uno de nosotros, Es decir que no puede existir creyentes que no hayan sido bautizados en el Espíritu, porque sino no conforman un solo cuerpo (mateo 3:11 y Romanos 6: 3,4). La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristiano tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opone a la voluntad de Dios. El Espíritu Santo da a conocer a Jesucristo y lo glorifica; persuade de pecado, de justicia y de juicio a los seres humanos; e imparte nueva vida a aquellos que ponen su fe en Jesucristo. Él mora permanentemente en todos los creyentes; y desde el mismo momento en que ocurre el nacimiento espiritual los bautiza para hacerlos miembros del Cuerpo de Cristo; y los sella como garantía de su salvación eterna. Él trabaja en el corazón de cada una de las personas. Jesús les dijo a sus discípulos que Él enviaría al Espíritu al mundo para “convencer al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio” (Juan 16:7-11). Una vez que somos salvados y pertenecemos a Dios, el Espíritu hace su morada en nuestros corazones para siempre, sellándonos con la confirmación, certificación y seguridad de la promesa de nuestro estado eterno como Sus hijos. Jesús dijo que Él nos enviaría al Espíritu para que fuera nuestro Ayudador, Consolador y Guía. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.” (Juan 14:16). La palabra griega traducida como su “Consolador” significa alguien que es llamado “al lado de” y tiene la idea de alguien que anima y exhorta. La frase “que esté” tiene que ver con Su residencia permanente en los corazones de los creyentes (Romanos 8:9; 1 Corintios 6:19, 20; 12:13). Jesús envió al Espíritu como una “compensación” por Su ausencia, para llevar a cabo las funciones que Él hubiera hecho en nosotros si hubiera permanecido físicamente entre nosotros. Entre esas funciones está la de revelar la verdad. La presencia del Espíritu dentro de nosotros nos permite comprender e interpretar la Palabra de Dios. Jesús les dijo a Sus discípulos “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;...” (Juan 16:13). Él revela a nuestras mentes todo el consejo de Dios, como lo relacionado con la adoración, la doctrina y la vida cristiana. También funciona como productor del fruto en nuestras vidas. Cuando Él habita en nosotros, Él comienza a trabajar para cosechar Su fruto en nuestras vidas como lo es el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Estas no son las obras de nuestra carne, la cual es incapaz de producir tal fruto, sino que es el producto de la presencia del Espíritu en nuestras vidas. Él es el guía fundamental, que va delante de nosotros, mostrando el camino, removiendo obstáculos, abriendo el entendimiento y haciendo todas las cosas claras y evidentes. Él nos conduce por el camino que debemos andar en todas las cosas espirituales, llegando a ser conformados a la imagen de Cristo, mostrando ese cambio que se dio en nuestras vidas gracias a Dios Todo Poderoso. Sin tal guía, estaríamos expuestos a caer en el error, impidiendo nuestra Madurez Espiritual, ya que no estaríamos escuchando ni obedeciendo lo que Él manda que sea correcto sino que estaríamos haciendo la voluntad nuestra y no la de Dios. ASÍ QUE EXHORTADOS A HACER LA VOLUNTAD DE DIOS, CRECIENDO EN CRISTO JESUS RESPONDIENDO A ESE AMOR POR MEDIO DE LA OBEDIENCIA Y NUESTRO CRECIMIENTO ESPIRITUAL EL CUAL SE BASA EN NUESTRA DEPENDENCIA DEL ESPIRITU SANTO.

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    1. Es totalmente importante que se entienda como cristiano que el Espíritu Santo está en nosotros para encarnar el testimonio vivo de la vida del Señor Jesucristo a través de nosotros. El Espíritu Santo es quien fortalece y capacita nuestros cuerpos para tal fin. Es tarea de nosotros darle oportunidad absoluta para que así ocurra y el testimonio de la fe corra por el mundo como un incentivao para la salvación de quienes no han conocido al Señor Jesucristo. Dios los cuide.

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  2. Al momento de nuestra salvación no solo nos convertimos en miembros plenos del cuerpo de Cristo sino que el Espíritu Santo es depositado en cada uno de nosotros, Es decir que no puede existir creyentes que no hayan sido bautizados en el Espíritu, porque sino no conforman un solo cuerpo (mateo 3:11 y Romanos 6: 3,4). La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristiano tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opone a la voluntad de Dios. El Espíritu Santo da a conocer a Jesucristo y lo glorifica; persuade de pecado, de justicia y de juicio a los seres humanos; e imparte nueva vida a aquellos que ponen su fe en Jesucristo. Él mora permanentemente en todos los creyentes; y desde el mismo momento en que ocurre el nacimiento espiritual los bautiza para hacerlos miembros del Cuerpo de Cristo; y los sella como garantía de su salvación eterna. Él trabaja en el corazón de cada una de las personas. Jesús les dijo a sus discípulos que Él enviaría al Espíritu al mundo para “convencer al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio” (Juan 16:7-11). Una vez que somos salvados y pertenecemos a Dios, el Espíritu hace su morada en nuestros corazones para siempre, sellándonos con la confirmación, certificación y seguridad de la promesa de nuestro estado eterno como Sus hijos. Jesús dijo que Él nos enviaría al Espíritu para que fuera nuestro Ayudador, Consolador y Guía. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.” (Juan 14:16). La palabra griega traducida como su “Consolador” significa alguien que es llamado “al lado de” y tiene la idea de alguien que anima y exhorta. La frase “que esté” tiene que ver con Su residencia permanente en los corazones de los creyentes (Romanos 8:9; 1 Corintios 6:19, 20; 12:13). Jesús envió al Espíritu como una “compensación” por Su ausencia, para llevar a cabo las funciones que Él hubiera hecho en nosotros si hubiera permanecido físicamente entre nosotros. Entre esas funciones está la de revelar la verdad. La presencia del Espíritu dentro de nosotros nos permite comprender e interpretar la Palabra de Dios. Jesús les dijo a Sus discípulos “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;...” (Juan 16:13). Él revela a nuestras mentes todo el consejo de Dios, como lo relacionado con la adoración, la doctrina y la vida cristiana. También funciona como productor del fruto en nuestras vidas. Cuando Él habita en nosotros, Él comienza a trabajar para cosechar Su fruto en nuestras vidas como lo es el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Estas no son las obras de nuestra carne, la cual es incapaz de producir tal fruto, sino que es el producto de la presencia del Espíritu en nuestras vidas. Él es el guía fundamental, que va delante de nosotros, mostrando el camino, removiendo obstáculos, abriendo el entendimiento y haciendo todas las cosas claras y evidentes. Él nos conduce por el camino que debemos andar en todas las cosas espirituales, llegando a ser conformados a la imagen de Cristo, mostrando ese cambio que se dio en nuestras vidas gracias a Dios Todo Poderoso. Sin tal guía, estaríamos expuestos a caer en el error, impidiendo nuestra Madurez Espiritual, ya que no estaríamos escuchando ni obedeciendo lo que Él manda que sea correcto sino que estaríamos haciendo la voluntad nuestra y no la de Dios. ASÍ QUE EXHORTADOS A HACER LA VOLUNTAD DE DIOS, CRECIENDO EN CRISTO JESUS RESPONDIENDO A ESE AMOR POR MEDIO DE LA OBEDIENCIA Y NUESTRO CRECIMIENTO ESPIRITUAL EL CUAL SE BASA EN NUESTRA DEPENDENCIA DEL ESPIRITU SANTO.

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    1. Es totalmente importante que se entienda como cristiano que el Espíritu Santo está en nosotros para encarnar el testimonio vivo de la vida del Señor Jesucristo a través de nosotros. El Espíritu Santo es quien fortalece y capacita nuestros cuerpos para tal fin. Es tarea de nosotros darle oportunidad absoluta para que así ocurra y el testimonio de la fe corra por el mundo como un incentivo para la salvación de quienes no han conocido al Señor Jesucristo. Dios los cuide.

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  3. Desde el momento de hacer la decisión de recibir a Dios como nuestro señor y salvador el Espíritu Santo mora en nosotros (efesios 1: 13-14, 1 cor 6:19, Juan 14:16-17), es ayuda para el crecimiento en nuestra madurez espiritual, sin embargo depende de nosotros el permitir que nos guie dejando que sea el quien dirija nuestra vida no dando entrada a las cosas del mundo, nos capacita para resistir la tentación y los deseos de la naturaleza pecaminosa para no pecar y vivir una vida santa, nos fortalece, da energía a las oraciones, da sabiduría, nos dota de dones espirituales, nos enseña el camino y las verdades de Dios. Produce fruto de justicia en nuestra vida espiritual.
    Es necesario entender que va a depender de lo que nosotros permitamos que el Espíritu Santo haga en nuestra vida. Vivamos conforme al mandato de Dios y dejemos fuera las cosas del Mundo.

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    1. La intervención del Espíritu Santo en la vida del creyente lo capacita para todo lo que Dios en su disposición le encomienda para las tareas de su Reino.

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  4. Como Maestra de Los más pequeños dentro de la iglesia, me ha tocado enseñarles sobre el Espíritu Santo, y les he dado ejemplos como los siguientes:
    *El Espíritu Santo es esa vocecita que oyes en tu cabeza cuando piensas copiarte en el examen y que te dice "No lo hagas! Eso no le gusta a Dios"... o
    *Solo los niños que tienen a Cristo como Señor y Salvador saben que Agarrarse los colores de los amiguitos no es bueno delante de sus Ojos!.
    Son frases que me ayudan a explicarle a los niños que Hay un consolador, que nos guía, que nos ayuda a ir por el Camino que Dios dice que es el correcto, pero también saben que la Decisión de Ignorar o no al Espíritu Santo, aun lo tienen ellos, pero eso no queda allí. si ellos deciden ignorarlo, luego esa vocesita les dice que estuvo mal lo que hicieron y que deben procurar hacer lo que Dios dice que es Correcto (Redargüir).. y eso solo por nombrar algunos ejemplos, que son prácticos para niños pequeños, pero que son igual de Prácticos para los creyentes creciditos, más aún en el hecho de que la ultima decisión está en nuestras manos. Es por ello que el numero de creyentes que alcanzan la madurez espiritual es muy bajo, porque no quieren aceptar la guía del Espíritu Santo Que Dios nos envía como ayudador y consolador

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    1. Además de una "vocesita" es la persona que produce en nosotros contrición y la contrición del Espíritu produce arepentimiento y el arrepentimiento a su vez trae como consecuencia una trasformación real de la vida de quien tiene la guía y el trabajo del Espíritu Santo en su vida.

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  5. A pesar de todas las provisiones que Dios da al creyente, es muy reducido el número de creyentes que llega a la madurez espiritual porque el creyente cae en el conformismo de ser salvo y no permite que el Espíritu Santo se manifieste en é l, en ciertas ocasiones el creyente quiere alcanzar la madurez por sus propios esfuerzos, sin darse cuenta que debe depender del Espíritu Santo y muchos creyentes les cuesta despegarse de cosas , acciones e incluso del sistema mundano en el que se desenvuelven ,olvidando poner la confianza en Dios ,como protector , proveedor y sustentador de su vida

    HERMINIA PEÑA

    ORLANDO BARRUETA

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    1. El Espíritu Santo es la persona de la trinidad de Dios puesta por Dios en el interior del Creyente con el fin de guiarlo a toda verdad que le haga crecer y edificarse en Dios y además de hacer práctico en si vida lo apendido; eso le irá llevando a la madurez necesaria para el testimonio adecuado al mundo a través de su vida.

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